domingo, 27 de junio de 2010

iman (fe) los tres elementos esenciales de la religión islámica.



'IMÁN' (Fe)

La fe es esencial: puesto que Dios no puede ser comprendido con la mente, sólo la fe puede acercarnos a Él, sólo la fe puede traernos conocimiento de Allah y, por tanto, sólo la fe puede salvarnos. El santo profeta Muhammad (saws) definió la fe así: "Creo en Allah, en sus ángeles, en sus libros, en sus profetas, en el Día del Juicio. En que lo bueno y lo malo vienen de Allah, y en la resurrección después de la muerte. Doy testimonio de que no hay más divinidad que Allah, y de que Muhammad es su siervo y mensajero." Decía asimismo el Profeta (saws) que "la fe es una confesión con la lengua, una verificación con el corazón, y una actuación con los miembros."

La fe, pues, consiste en creer en:

1. Allah, el Dios Uno y Único.

2. Sus ángeles, seres que no podemos percibir cuya existencia conocemos a través de Allah y los profetas. Son seres espirituales a los que Dios asigna diversos cometidos. Jamás desobedecen a Dios, y adorarle no les cansa. No comen ni beben, ni conocen el cansancio o el aburrimiento, y no tienen sexo. El Ángel Gabriel fue el encargado de transmitir el Sagrado Corán al Profeta Muhammad (saws), otros ángeles están encargados de protegernos y están siempre a nuestro lado, y otros toman la vida de aquellos cuyo momento, decidido por Allah (swt), ha llegado. Los ángeles dan fuerza a los creyentes, interceden ante Allah por nosotros, etc.

3. Sus libros y sus mensajeros. Los libros incluyen diez páginas reveladas a Adán, primer hombre y primer profeta; cincuenta páginas a Set; diez a Enoc; diez a Abraham; el Pentateuco a Moisés; los Salmos, a David; los Evangelios, a Jesús, la paz sea con todos ellos, y el Corán a Muhammad (saws). Esta última escritura, el Corán, es para toda la Humanidad, y es la revelación última y definitiva antes del final de los tiempos. En cuanto a los profetas, el Sagrado Corán menciona a Adán, Idris (Enoc), Noé, Hud, Salih, Ibrahim (Abraham), Lot, Ismael, Isaac, Jacob, José, Job, Shu'ayb, Moisés, Aarón, David, Salomón, Elías, Elisha, Jonás, Ezequiel, Zacarías, Juan Bautista, Jesús, y Muhammad, el Sello de los Profetas. Asimismo hay otros profetas cuyo nombre no conocemos. La paz sea con todos ellos.

4. La resurrección y el Juicio Final. Tras esta vida efímera, la muerte nos lleva a una vida eterna, es un despertar a la realidad. Tras la aniquilación de cuanto existe, seremos juzgados y recibiremos el castigo o recompensa que hayamos merecido con nuestra actuación terrenal.

5. El 'Qadar', que podríamos llamar predestinación, y el libre albedrío del hombre: El hombre puede, en el transcurso del tiempo que dura su existencia, tomar decisiones de forma autónoma, puede elegir una cosa u otra en su esfera de actuación. Para Allah, situado fuera del tiempo, nada queda fuera de su voluntad, por tanto a efectos de Allah, todo está decidido, todo tiene su destino ya determinado y escrito.





ISLAM ('Observancia')

La palabra 'islam' hace aquí referencia al aspecto externo, observable, de la religión. La fe como la describimos anteriormente es el fundamento espiritual de nuestra religión, pero la observancia es el fundamento material de la misma, su expresión externa, lo que nos hace social y legalmente musulmanes. La observancia consta de cinco pilares:

1. 'Shahada', 'testimonio', o profesión de fe. Consiste en declarar, en árabe, y ante dos testigos musulmanes, que no hay más dios que Allah, y que Muhammad es su mensajero. La misión del musulmán consiste en interiorizar, asimilar, repetir, y vivir esta profesión de fe. No es, de este modo, mera cuestión formal, sino una actitud y un modo de vida.



2. 'Salat', u oración formal. Es el segundo pilar, y el más importante después del primero. Es obligatorio el 'salat' cinco veces al día, para los musulmanes que tengan uso de razón, en momentos determinados: al alba; después del mediodía; al alcanzar la sombra de los objetos cierta longitud por la tarde; después de ponerse el Sol; y al llegar la noche cerrada, tras el crepúsculo astronómico. Consiste el 'salat' en una serie de ciclos, que incluyen unos movimientos determinados, así como la recitación, en alta voz o no, según el Sol esté por debajo o por encima del horizonte, de la primera sura del Corán, Al-Fátihah, y otros pasajes a elección del orante. El 'salat' es el acto de adoración por excelencia. Aparte de las cinco veces al día que el 'salat' es obligatorio, puede ser realizado voluntariamente en casi cualquier momento del día. El 'salat' es un acto formal de adoración, no una súplica personal a Dios (du'a), y sintoniza al creyente con la Realidad.

3. Zakat, también llamado 'azaque', consiste en entregar determinado porcentaje de los bienes que uno posee a los pobres. El porcentaje varía según el tipo de bien de que se trate. Para el dinero, oro, plata, acciones, etc. es 1/40 (2,5 %).

4. Sawm, o ayuno durante el mes de Ramadán, en que el musulmán se abstiene de comer, beber, fumar, mantener relaciones sexuales, etc. desde el alba hasta después de ponerse el Sol. Suele decirse que es la 'limosna del cuerpo', y que entre sus beneficios está el hacernos partícipes de lo que siente quien no tiene qué comer. El Profeta recomendaba el ayuno como disciplina espiritual, por lo que hay otras fechas del calendario islámico, fuera del mes de Ramadán, en las que también es normal ayunar.

5. Hayy, o peregrinación a la ciudad santa de Meca, rito establecido por el profeta Abraham (la paz sea con él), obligatorio para todo musulmán en uso de razón que pueda permitirse el viaje sin poner en riesgo su salud y, desde el punto de vista económico, sin comprometer sus obligaciones para con su familia. Tiene el 'hayy' lugar en los primeros dias del mes de Dhu-l-Hiyya ('el de la peregrinación) en el 'Masyid al-Haram' de Meca, donde está la Kaaba, y en las localidades contiguas de Mina, Muzdalifa y 'Arafat.. Existe una 'peregrinación menor' (umra) que es voluntaria.





IHSAN ('virtud', o 'excelencia')

Queda definida en el hadith: "Adora a Dios como si lo vieras, porque aunque no lo veas, Él te ve a ti". Pero no sólo se trata de rezar bien: todo lo que hagamos, desde la oración hasta la más banal ocupación cotidiana, debe ser hecho de manera competente y digna.

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