domingo, 18 de julio de 2010

la paciencia


QUR’AN

Dijo Allah, Altísimo sea:

"¡Oh creyentes, sed pacientes y perseverantes!"*
(La Familia de Imrán /200).

"Y seréis probados con el miedo, el hambre y el dinero; en vuestras vidas y en los frutos. Y el triunfo será para los pacien tes."
(La Vaca /155).

"Se recompensará a los pacientes de forma ilimitada."
(Los Grupos /10).

"De los asuntos más grandes, quien tuvo paciencia y supo perdonar."
(La Asamblea /43).

"Ayudaos en la paciencia y en la oración, pues, verdaderamen te Él está con los pacien tes."
(La Vaca /153).

"Y os probaremos hasta que se demuestre quiénes de vosotros son los muyahidin y quie nes los pacientes."
(Muhammad /31).

*En cuanto a oponer resistencia al enemigo en todos los estados y situaciones.

Y son muchas las aleyas del Corán que nos incitan a la paciencia y nos explican sus excelenci as.
HADIZ
1. 25
De Abu Málik Al Hariz Ibn Asim Al Asharí, Allah esté complacido con él que el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, dijo:

"La purificación es la mitad del imán y la expresión de agradecimiento ‘alhamdulillah’ llena la balanza; y las expresiones de ‘subhanallah’ y ‘al hamdulillah’, llenan lo que hay entre los cielos y la tierra; la ora ción es luz; y la sádaqa una prueba de la fe del que la da; y en la paciencia los asuntos se ven más claros; y el Corán será una prueba a favor o en contra; y cada uno comienza el día como vendedor de sí mismo, liberándose o condenándose."

Lo relató Muslim.

2. 26
De Abu Saíd Ibn Sinan Al Judrí, Allah esté compla cido con los dos:

"Unos hombres de los auxiliares fueron a pedir sádaqa al Men sajero de Allah, que Él le bendiga y le dé paz, y les dio, después volvieron a pedirle y les dio otra vez, hasta que se le acabó lo que tenía y les dijo:

‘No me guardaría nada que pudiera daros. Pero a aquel que se abstiene de pedir, Allah le satisface sus necesidades; quien busca autosuficiencia, Allah le hará autosuficiente; y quien aspira a ser paciente, Allah le hará paciente’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

3. 27
De Abu Yahia Suhaib Ibn Sinan, que Allah esté complacido con él; el Mensajero de Allah, que Él le bendiga y le dé paz, dijo:

"¡Es admirable el caso del creyente! Todo asunto en cierra un bien para él y esto no ocu rre con otro que no sea creyente. Pues, si le llega la fa cili dad y es agradecido con Allah, hay un bien para él. Y si tiene paciencia ante la dificul tad, también consigue un bien para él."

Lo relató Muslim.

4. 28
De Anás, Allah esté complacido con él; dijo:

"Cuando fue más acuciante el dolor de la enfermedad que envolvía al Profeta, que la paz y la bendición de Allah sean con él, le dijo Fátima, Allah esté com placido con ella: ‘¡Qué pena la de mi padre!’

Y dijo: ‘¡Ya no habrá pena para tu padre después de hoy!’

Y cuando murió dijo Fátima : ‘¡Oh padre mío, el Señor ha respondido a tu llamada. El Jardín de Al Firdaus (El paraíso) será tu morada!

¡Oh pa dre mío, al ángel Gabriel le comunicaremos la noti cia!’

Y cuando fue enterrado dijo Fátima, Allah esté complacido con ella: ‘¿Cómo habéis podido echar tierra sobre el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz?’."

Lo relató Al Bujari.

5. 29
De Abu Zaid Usama Ibn Zaid Ibn Hariza, Allah esté complacido con los dos, que dijo:

"Una hija del Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, envió un emi sario para que le comuni cara que un hijo suyo estaba a punto de agoni zar. Y una vez enterado de la noticia, mandó saludos a su hija y le dijo que tuviera pa cien cia y resignación, ya que de Allah es tanto lo que toma como lo que da y para todos ha decretado un plazo. Insistió su hija y mandó de nuevo al emisario para que viniera a verla el Mensajero de Allah, que Él le bendi ga y le dé paz. Así pues, se puso en marcha y con él Saad Ibn Ubada, Muad Ibn Yabal, Ubai Ibn Kaab, Zaid Ibn Zabit y otros, que Allah esté complacido con todos ellos. Al lle gar le llevaron al niño, lo tomó en su regazo y sintió cómo su respiración se agitaba y palpitaba su corazón. Después los ojos del Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, derra maron lágrimas, echándose a llorar.

Y le dijo Saad: ‘¿Oh Mensajero de Allah, qué es es to?’

Le contestó: ‘Esto es compasión y ternura que Allah ha puesto en el corazón de sus siervos. Y Allah se compadece de aque llos que tie nen compasión’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

6. 30
De Suhaib, que Allah esté complacido con él; el Men sajero de Allah, que Él le bendiga y le dé paz, dijo:

"Hubo una vez un rey que tenía con él a un mago y éste, al llegar a una edad avan zada, le dijo al rey: ‘Me he hecho ya viejo, envíame pues a un joven que le enseñe la magia.’ Así que le envió un muchacho para que le enseña ra.

En el camino que tenía que seguir el jo ven había un monje cristiano con el que se sentó para escucharle, quedándose mara villado por sus palabras. De manera que siem pre que pasaba en direc ción a la casa del mago se sentaba con él, hasta que fue golpeado por el mago, debido a su continua tardanza y entonces se quejó al monje, que le dijo: ‘Cuando temas al mago le dices: me ha impedido llegar a tiempo mi padre o mi madre; y cuando te mas a tu padre o a tu madre le dices: me ha impedido llegar a tiempo el mago.’ Y mientras él esta ba en este dilema acertó a pasar por donde había una bestia enorme que tenía aco rralada a una gente. Y dijo: ‘Hoy voy a sa ber quién de los dos tiene razón, si el mago o el monje.’ Entonces cogió una piedra y dijo: ‘¡Oh Allah, si la práctica de este monje es más querida por ti que la del mago, mata a esta bestia de forma que la gente pue da ir en paz!’ Así pues, arro jó la piedra y mató a la bestia y la gente marchó tranquilamente.

Después fue al monje y le informó de lo sucedido. Y el monje le dijo a continua ción: ‘¡Hijo mío, tú, por lo que veo, hoy has alcan zado un gra do más que yo. Serás puesto a prueba y si esto sucede, no le digas a nadie que fui yo quien te enseñó.’

Pasó un tiempo y el joven curaba a los ciegos de nacimiento y sanaba a los leprosos y a gente con otras enfermedades.

Se enteró de esto un consejero del rey que se había quedado ciego y vino a él con gran cantidad de regalos y le dijo: ‘¡Todo esto para ti si me curas!’

Y él le contestó: ‘Realmente yo no curo a nadie, el que cura es Allah, Altísimo sea. Si crees en Allah, yo le pido por ti y Él te curará.’ En tonces creyó y Allah, Altísimo sea, lo curó.

Después acudió a reunirse con el rey, como solía hacer y éste le pre guntó: ‘¿Quién te ha de vuelto la vista?’

Dijo: ‘Mi Se ñor.’

Y el rey le preguntó: ‘¿Acaso tienes otro señor que no sea yo?’

Dijo: ‘Mi Señor y tu Señor es Allah, Altísimo sea.’

Entonces el rey lo cogió y no cesó de casti garle hasta que le indicó cómo en contrar al joven que le había curado la vista.

Así pues, fue llevado el muchacho ante él y le dijo: ‘Hijo mío, tu magia ha alcanzado tal pun to que cu ras sin cesar a los ciegos, a los lepro sos y a muchos otros.’

Y le contestó: ‘Realmente yo no curo a nadie, quien verdade ramente cura es Allah, Altísimo sea.’

Entonces lo cogió y empezó a castigarle sin parar hasta que le dio noticias del monje. Se lo trajeron y le ordenó:

‘¡Re niega de tu Din!’.

Y como se negaba, mandó que trajeran la sierra, se la colocaron en la raya de separación del pelo de la cabeza y le separaron el cuerpo en dos mi tades.

Después mandó llamar al consejero y le ordenó que renegara de su fe. Pero como se opu so le hi cieron lo mismo que al monje.

Después le trajeron al joven y le dijo que renegara de su creencia, pero como se negó, lo llevó con algunos de los suyos y les dijo: ‘Lle vad lo hasta la cima de la montaña tal y si no reniega de su fe, arrojadlo al abismo.’ Y cuando estaban en lo alto de la cima, dijo:

‘¡Oh Allah, si Tú quieres, líbrame de ellos por el método que desees!’

Entonces tembló la montaña con ellos y se cayeron. Y él fue caminando hasta el rey, que le preguntó: ‘¿Qué han hecho tus compañe ros?’

Y dijo: ‘Allah me ha librado de ellos.’

Entonces lo mandó con otros a los que dijo: ‘Llevadlo en barco hasta alta mar y de­cidle que reniegue de su Din y si no, arrojadlo por la borda.’

Y cuando llegaron dijo el joven: ‘¡Oh Allah, si quieres, líbrame de ellos por el método que desees.’

Entonces, al momento volcó el barco con ellos y se aho garon. Y él se fue andando has ta el rey que le dijo: ‘¿Qué ha sido de tus compañeros?’

Y le dijo: ‘Allah me ha librado de ellos. Y tú realmente no podrás ma tarme mientras no hagas lo que yo te orde ne.’

Dijo el rey: ‘¿Y qué es?’

Dijo: ‘Reúne a toda la gente en un mismo lugar y átame en cruz al tron co de un árbol. Después, coge una flecha de mi canana y poniéndola en el centro del arco, di: ‘En el nombre de Allah, Señor del muchacho’ y me disparas. Y si lo haces así me matarás.’

Así que reunió a la gente e hizo todo conforme le había dicho el joven y cuan do iba a disparar dijo: ‘En el nombre de Allah, Se ñor del mucha cho’; luego dispa ró y la fle cha fue a dar en la sien del joven y mu rió.

Y entonces dijeron todos: ‘Creemos en el Señor del mu chacho (Allah).’

Después le dije ron al rey: ‘Has visto aquello que temías que ocurriera, es decir, que la gente creyera. Pues bien, ha sucedido. Allah te ha hecho ver el motivo y te ha advertido. Pues toda la gente ha creído.’

Entonces ordenó el rey hacer zanjas en las entradas de los caminos y al tiempo que fueron cavadas, prendieron fuego en ellas y dijo: ‘¡A quien no reniegue de su Din, arrojadlo al fuego o decidle ‘arrójate’!’

Y así lo hicieron hasta que llegó una mujer con un niño que se detuvo y se acobar dó.

Y le dijo el pequeño*: ‘¡Madre ten paciencia, que realmente tú estas en la verdad!’."

Lo relató Muslim.

*El niño habló milagrosamente ante la angustia de su madre.

7. 31
De Anás, Allah esté complacido con él, que dijo:

"Pasó el Profeta, que Allah le bendiga y le dé paz, junto a una mujer que lloraba deses perada mente al lado de una sepul tu ra y le dijo: ‘Teme a Allah y ten pacien cia y resigna ción.’

Y ella le contestó: ‘Apár tate y aléjate de mí, pues a ti no te ha ocurrido una desgracia como la mía ni la has cono cido.’

Entonces le dijeron: ‘Es el Profeta, que Allah le bendiga y le dé paz.’

Después fue a él y le dijo (en señal de disculpa): ‘¡No te reconocí!’

Y él contestó: ‘La pa ciencia hay que tenerla en el primer mo mento de la desgracia’."

Lo relató Al Bujari.

8. 32
De Abu Huraira, Allah esté complacido con él que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

"Dijo Allah, Altísimo sea: ‘Para mi siervo creyente no habrá otra recompensa ante mí que la del Jardín, si cuando muere su amada o amado en esta vida, acepta con paciencia su desgra cia’."

Lo relató Al Bujari.

9. 33
De Aisha, Allah esté complacido con ella que le pre guntó al Mensa jero de Allah, Él le ben diga y le dé paz:

"Acerca de la peste; él le informó de que era un castigo que Allah envía a quien quie re. Y lo ha hecho Allah, Altísimo sea, como miseri cordia para los creyentes.

Y el siervo que cae en la epidemia y per manece en su tie rra pa ciente y resignado, sabiendo que su des gracia no es más que aquello que Allah, Altísimo sea, ha decretado para él, obten drá la misma recompensa que quien muere Shahid."

Lo relató Al Bujari.

10. 34
De Anás, Allah esté complacido con él que oyó decir al Mensa jero de Allah, Él le ben diga y le dé paz:

"Verdaderamente Allah, Poderoso y Su blime, dijo: ‘Si habiendo puesto a prueba a mi siervo privándole de sus ojos, ha tenido paciencia, Yo le daría a cam bio de ellos el Jar dín’."

Lo relató Al Bujari.

11. 35
De Ata Ibn Abu Rabáh que dijo: Me dijo Ibn Abbás, Allah esté com placido con los dos:

"¿Quieres que te muestre una mujer de la gente del Jardín?

Y yo le contesté: ‘¡Claro que sí!’

Dijo: ‘Esta mujer negra vino al Profeta, que Allah le bendiga y le dé paz, y le dijo: ‘Sufro de epi lepsia y temo mostrar mi desnu dez. Así que pide a Allah por mí’.’

Dijo: ‘Si soportas con pacien cia la enfermedad, obtendrás el Jardín. Y si prefieres pediré a Allah para que te cure.’

Y dijo ella: ‘Tendré paciencia, pero temo por mi desnudez, así que pide a Allah para que no la muestre.’

Y así lo hizo."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

12. 36
De Abu Abdurrahmán Abdallah Ibn Masud, Allah esté complacido con él, que dijo:

"Contaba el Mensajero de Allah, Él le ben diga y le dé paz, cómo a uno de los profetas, sobre ellos la paz y las bendicio nes de Allah, lo golpea ba su pueblo hasta hacerle sangrar. Y al mismo tiempo que limpiaba la sangre de su rostro, decía: ‘¡Oh Allah, perdona a mi pueblo, pues realmen te no sabe lo que hace!’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

13. 37
De Abu Saíd y Abu Huraira, Allah esté complacido con los dos, que el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, dijo:

"Cualquiera que fuere la desgracia que le ocurriera a un mu sulmán: cansancio, enfer­medad, tris teza, daño, pena, dolor o incluso una es pina que se clavara, serviría para que Allah lo purificara de sus fal tas."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

14. 38
De Ibn Masud, Allah esté complacido con él, que di jo:

"Entré a ver al Profeta, que Allah le bendiga y le dé paz, y sintiendo que es taba con fiebre le dije: ‘¡Oh Mensa jero de Allah, tienes una fiebre muy alta!’.

Y él me contestó:

‘¡En efec to, mi fiebre es como la fiebre de dos hom bres de vosotros jun tos!’.

Y le pregunté: ‘¿Por eso tendrás dos recompensas?’

Dijo: ‘Así es. No hay musulmán que sufra una desgracia sin que Allah le bo rre por ello sus malas acciones y dis minuyan sus fal tas, de la misma forma que caen las hojas del árbol’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

15. 39
De Abu Huraira, Allah esté complacido con él que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

"A quien Allah quiere bien, le envía una prueba (en su salud, dinero o seres que ri dos)."

Lo relató Al Bujari.

16. 40
De Anás, Allah esté complacido con él que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

"Que no desee ninguno de vosotros la muerte por un mal que le ocurra. Pues, si no tiene más remedio que decirlo o desearla, que diga: ‘¡Oh Allah, dame la vida si es que hay un bien en ello para mí y hazme morir si es que en la muerte hay un bien para mí!’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

17. 41
De Abu Abdallah Jabbáb Ibn Al Arat, que Allah esté complacido con él, que dijo:

"Fuimos a quejarnos al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, cuando estaba des cansando a la sombra de la Kaaba con la cabeza apoyada sobre su manto. Y le preguntamos: ‘¿Es que no vas a pedir ayuda para nosotros en tus peti ciones a Allah, contra estos idó la tras que no cesan de hostigarnos?’

Y dijo: ‘Antes, cogían a los hombres y los metían en agujeros hechos en el suelo. Les ponían una sierra en la cabeza para después abrirlos en dos mita des. Y los peinaban con peines de hierro hasta que los dien tes del peine llegaban al hueso, desga rrando la car ne. Y ni con todas estas torturas conseguían hacerles renegar de su fe.

Y por Allah, que Él acabará con este asunto de tal forma que llegará un tiempo en el que el viajero podrá ir desde Sanaa (Yemen) hasta Hadramaut (Hiyaz) sin temer absolutamen te de nadie, excep to de Allah y del lobo sobre su rebaño*. Sin embargo, vo sotros tenéis mucha prisa (para que llegue ese tiempo)’."

Lo relató Al Bujari.

*Esta frase hace referencia al temor por las enfermedades u otros problemas inherentes a la propia naturaleza del ser humano.

18. 42
De Ibn Masud, Allah esté complacido con él, que di jo

"El día de la batalla de Hunain* se reunió el botín y en el reparto a algunos se les dio más. Y el Men sajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, dio a Al Aqraa Ibn Habis cien camellos y a Uyaina lo mismo. Y otra buena parte también para gente de la nobleza árabe. Dándoles preferencia ese día**. Y dijo un hom bre: ‘Por Allah que este reparto no es justo y no se ha buscado en él la complacencia de Allah.’

Y dije: ‘Por Allah, que se lo diré al Profeta, Allah le bendiga y le dé paz.’

Así pues, fui y cuando se lo dije cam bió su ros tro de color y después dijo: ‘¿Si no es justo Allah ni tampoco Su Mensa jero, entonces quién es justo?’ Y añadió: ‘¡Que Allah tenga miseri cordia de Musa que supo so portar con pacien cia mucho más que todo esto!’

Y dije: ‘Verdaderamente no volveré a transmitir más noticias como ésta’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

*Valle situado entre Meca y Taif.
**Fueron más favorecidos en el reparto del botín por ser los musul manes más recientes y más débiles en su creencia.

19. 43
De Anás, Allah esté complacido con él, que dijo el Mensa jero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

"Cuando Allah quiere un bien para su siervo, le castiga por sus faltas en esta vida como prueba. Y si quiere un mal para él, lo deja para castigarlo en la otra vida hasta que pague por ella en el Día del Jui cio."

Continuó diciendo el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz: "La recompensa será del tamaño de la prue ba. Y cuando Allah quiere a una gente, la pone a prueba. Pues contará a favor de quien la logre pasar con pa ciencia y con tará en contra de quien se desespere y enco le ri ce."

Lo relató At Tirmidí(Hadiz Hasan).

20. 44
De Anás, Allah esté complacido con él, que dijo:

"Abu Talha tenía un hijo enfermo y cuando se marchó de viaje Abu Talha murió el pe­queño. Cuando regresó, preguntó a su esposa por su hijo. Y le con testó Umm Sulaim, la madre del niño: ‘Está más tran quilo que nunca’. Y a con tinuación le preparó la cena. Después ocu rrió lo que ocurre entre un hombre y su espo sa. Cuando ter minaron, ella le informó de que su hijo había muerto.

Salió Abu Talha al amanecer y fue a in formar de lo sucedido al Mensa jero de Allah, Él le bendiga y le dé paz. Y éste le pregun tó: ‘¿Estuvisteis haciendo uso de vuestro matrimonio por la noche?’

Dijo: ‘Sí.’

Y dijo: ‘¡Oh Allah, dales Tu bendición!’

Así que quedó la mujer embarazada y dio a luz un varón. Entonces me dijo Abu Talha: ‘Tómalo y llévalo al Profeta, Allah le bendiga y le dé paz’. Y llevó consigo algunos dáti les.

Al llegar le dijo que si tenía algo de comer. Y dijo: ‘Sí, dátiles.’

Así que cogió un dátil, lo masticó y lo sacó de su boca para ponerlo en la boca del niño y fro tarle con él en el paladar y le puso de nom bre Abdallah."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

Y en otro relato de Al Bujari dijo Ibn Huyaina:

"Dijo un hombre de los ansar: ‘Pude ver cómo nueve hijos de Abdallah habían memorizado el Corán’."

Y en otro relato de Muslim:

"Murió un hijo de Abu Talha y Umm Sulaim. Y ésta dijo a su familia que no informaran a Abu Talha de la muerte de su hijo hasta que ella lo hiciera. Cuando llegó, ella le preparó la cena, de la que comió y bebió. Después se embelleció más que nunca para agradarle y llamar su atención, de tal modo que tuvieron relaciones conyugales.

Cuando vio que había quedado totalmente satisfecho, después de haber cohabitado con ella, le dijo:

‘¿Abu Talha, si una gente fuese a pedir a la gente de otra casa que le devolvieran aquello que le habían prestado, porque lo necesitaban, ellos se lo negarían?’

Contestó: ‘¡No!’

Y dijo ella: ‘¡Pues ten paciencia y serás recompensado porque tu hijo ha muerto!’

Y él se enojó diciendo: ‘¡Me dejaste incluso cohabitar conti go y después me diste la noticia de la muerte de mi hijo!’

Fue a ver al Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, que cuando le informó de lo ocurrido hizo una petición a Allah diciendo: ‘¡Qué Allah bendiga vuestra unión de esa noche!’

Y ella, quedó embarazada por la báraka de la petición del Profeta, Allah le bendiga y le dé paz."

21. 45
De Abu Huraira, Allah esté complacido con él, que dijo

"¡No es más fuerte el buen luchador sino aquel que controla su ira!"

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

22. 46
De Suleimán Ibn Surad, Allah esté com placido con él, que dijo:

"Estaba sentado con el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, mien tras que dos hombres se estaban in sultan do. Uno de ellos en rojeció y montó en cóle ra. Y dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz: ‘Realmente yo se una frase que, si se pronun cia ra, desaparecería al momento ese estado. Y es: ‘audu billahi minash shaitani rayim’ (me refugió en Allah contra shaitán, el maldito).

Y le dijeron: ‘El Profeta, Allah le bendi ga y le dé paz, ha dicho que te refugies en Allah contra shaitán, el maldi to’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

23. 47
De Muádh Ibn Anás, Allah esté complaci do con él, que dijo el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz:

"A quien contenga su ira, pudiendo haber actuado, Allah le dejará elegir la que quiera de las huríes*, en presencia de todas las criaturas el Día del Juicio.

Lo relataron At Tirmidí y Abu Daud (Hadiz Hasan).

*Las más bellas mujeres del Paraíso.

24. 48
De Abu Huraira, Allah esté complacido con él, que un hombre dijo al Profeta, Allah le bendiga y le dé paz:

"Aconséjame algo para esta vida.

Dijo: ‘¡No te encolerices!’

Se lo volvió a preguntar varias veces y le dijo lo mismo: ‘¡No te encoleri ces!’."

Lo relató Al Bujari.

25. 49
De Abu Huraira, Allah esté complacido con él, que el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, dijo:

"Si la desgracia (prueba) acompaña al creyente y la creyente en su sa lud, hijos y riqueza, llegará al encuentro con Allah sin que tenga que rendir cuenta de ninguna de sus faltas."

Lo relató At Tirmidí(Hadiz Hasan Sahih).

26. 50
De Ibn Abbás, Allah esté complacido con los dos, que dijo:

"Llegó Uyaina Ibn Hisnin de visita a casa de su sobrino Al Hur Ibn Qais, que era uno del gru po más próximo a Úmar, Allah esté compla cido con él. Y a Úmar le gustaba rodearse de gente de conocimiento, fuesen jóvenes o mayores. Y también era de los recitadores del Corán y miem bro del con sejo del emir. Y le dijo Uyaina a su sobrino:

‘Sobrino, tú que tienes influencia ante el emir, pídele permiso para que me re ciba.’

Le dio permiso Úmar y cuando entró, di jo: ‘¡Oye Ibn Al Jattab, por Allah, tú no nos das mucho y no gobiernas entre nos otros con justi cia!.’

Y se enojó tanto Úmar, Allah esté complacido con él, que quiso golpearlo. Pero le dijo Al Hur: ‘¡Oh Emir de los cre yentes, ciertamente Allah, Altísimo sea, dijo a Su Profeta, Allah le bendiga y le dé paz!: ‘Acepta el per dón, ordena lo que es lícito y no recrimines a los ignorantes.* Y este es uno de los igno rantes.’

Y por Allah que se detuvo Úmar ante el Libro de Allah, Altísimo sea (acatándo lo)."

Lo relató Al Bujari.

*Al Aaraf /197.

27. 51
De Ibn Masud, Allah esté complacido con él que el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, dijo:

"Verdaderamente, ocurrirán después de mí, hechos como la falta de justicia en la distribución de la riqueza en general, y otros asuntos que censuraréis.’

Preguntaron: ‘¿Oh Mensajero de Allah, qué nos ordenas que hagamos a los que llegue mos a cono cer eso?’

Dijo: ‘Dad a cada uno lo que es suyo de lo que debáis y pedid a Allah aquello que os pertenezca’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

28. 52
De Abu Yahia Usaid, Allah esté compla cido con él que un hombre de los auxiliares dijo al Profeta, Allah le bendiga y le dé paz:

"¿Oh Mensajero de Allah, no me vas a dar un empleo como el que le dis te a fulano?’

Le contestó: ‘Realmente, vosotros os encon tra réis des pués de mí con tratos injustos de unos con otros. Tened paciencia pues, hasta que os veáis conmigo en el Día del Juicio’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

29. 53
De Abu Ibrahim Abdallah Ibn Aufa, Allah esté complacido con los dos, que el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

"Estando un día en una de las batallas con tra el enemigo incrédulo e idólatra, esperó a que decayera el sol y habló a la gente di ciendo:

‘¡Oh gentes, no deseéis el enfrentamiento con el ene migo y pedid a Allah que os ponga a salvo. Pero cuando os en frentéis a él, hacedlo con pa ciencia y sabed que el Jardín está bajo la sombra de las espa das!’

Después añadió el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, suplicando a Allah:

‘¡Oh Allah, Tú que has hecho descender el Libro, que ha ces correr las nubes y que derrotas a los partidos enemigos. Derrótalos y concédenos la victoria sobre ellos!’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

Y por Allah es el éxito

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