domingo, 29 de mayo de 2011

¿Muqabala?

Un término muy famoso desde hace un tiempo: se busca, se hace, se organiza… Pero se puede asombrar de una cosa: esta palabra no aparece en los libros ni en las declaraciones de los sabios. Después de haber preguntado a hombres de conocimiento al respecto, se observa que es un término “nuevo” y que cubre a menudo concepciones falsas y errores.

Se habla de Muqabala [encuentro] o sino de Ta’aruf [para conocerse], pero que designa eso? En la lengua árabe, estos dos términos designan la conversación, el presentarse y conocerse. En la aplicación “religiosa” que en realidad, es casi una larga consecuencia de errores y de mala comprensión de la vía legal a seguir cuando se quiere casar.

Primer gran error: los que dicen querer casarse sin bajar la mirada dando como argumento que quieren ver lo que les va a gustar [ver a la persona para ver si les va a gustar y así casarse o no].

Se preguntó a Shaikh Muhammad Ibn Ibrahim Ash-Shaikh –que Allah le preserve- acerca de mirar voluntariamente o no a las mujeres que no se cubren como es conveniente [Mutabarrijat].

Él –que Allah le preserve- respondió: “Está prohibido observar voluntariamente, según la Palabra de Allah –alabado y ensalzado sea-: “Di a los creyentes que bajen su mirada con recato y que sean castos. Es lo más correcto. Allah está bien informado de lo que hacen”. [24:30]

Allah –alabado y ensalzado sea- hizo de los ojos el espejo del corazón, así que si la mirada se baja, el corazón bajará también su deseo y su voluntad, y al contrario, si libera su mirada, el corazón liberará sus deseos. Al-Fadl Ibnu Abbas –que Allah este complacido con el- relató que compartía la montura con el Mensajero de Allah –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- el día del sacrificio entre Mudalifa y Mina cuando una litera llevada en la espalda de un camello sobre la cual unas mujeres pasaron, Fadl –que Allah este complacido con el- paró a observarlas y el Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- giró la cabeza de Al-Fadl hacia otro lado.” (Al-Bukhari y Muslim). Ibnu Al-Qayyim –que Allah le tenga misericordia- dijo en Rawda Al-Muhibbin: “Ahí está la prohibición de observar a las mujeres extranjeras, una prohibición por el gesto”. Y si le hubiese sido permitido observarlas, el Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- le habría dejado hacerlo. El Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- dijo: “Cada hijo de Adam [hombre y mujer] tiene una parte de fornicación en la cual debe necesariamente caer: los ojos cuyo pecado es observar [hacia lo que está prohibido], las orejas cuyo pecado es escuchar [lo que está prohibido], la lengua cuyo pecado es decir [lo que está prohibido], la mano cuyo pecado es tocar [lo que está prohibido], los pies cuyo pecado es caminar [hacia lo que está prohibido], el corazón es tentado por las pasiones y el deseo, y todo esto es confirmado o rechazado por el sexo [es decir al pasar al acto o negarse]". (Al-Bukhari y Muslim). Él [el Profeta Muhammad] comenzó [en el hadith mencionado] por la fornicación del ojo, dado que es la base de la fornicación de la mano, de los pies, del corazón y del sexo. A través de la fornicación de la lengua diciendo [lo que está prohibido], como también indicó la fornicación de la boca con el beso, e hizo del sexo un medio de confirmación de todo eso para pasar al acto o no. Él –que Allah le tenga misericordia- dijo: “Y este hadith es de las pruebas más claras de que el ojo desobedece con la mirada, y que esa es una forma de fornicación, y es una respuesta [que refuta] a los que permiten observar libremente todo lo que se quiera”. [Al-Ifta, volumen 64, el 4/1/1380]

Por lo tanto es totalmente falso afirmar que se puede observar a las mujeres [e inversamente a los hombres] porque se desea casar y la regla de base es la citada en la aleya: “Di a los creyentes que bajen su mirada con recato y que sean castos. Es lo más correcto. Allah está bien informado de lo que hacen”. [24:30] Los creyentes deben pues bajar la mirada delante de las mujeres extranjeras y las creyentes deben también bajar la mirada delante de los hombres extranjeros, porque la mirada es una flecha envenenada del diablo. El único momento en el que le está permitido al hombre observar a una mujer, e inversamente a la mujer observar a un hombre, es durante la Khitba [la pedida de matrimonio], con el fin de casarse. Y hay numerosos hadices al respecto:

Jabir Ibn Abdillah –que Allah este complacido con el- relató que el Mensajero de Allah –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- dijo: “Cuando uno de vosotros quiera pedir en matrimonio a una mujer, si puede ver de ella lo que le animará a casarse [con ella], que lo haga”. Jabir dijo: “Yo quisiera pedir la mano de una chica joven, me escondo [observándola sin que me vea] hasta que vea lo que me animará a pedirla en matrimonio y me case con ella”. (Ahmad, Abu Dawud): “An-Nawawi –que Allah le tenga misericordia- dijo: este hadith muestra que la incitación a observar de ella lo que le hará querer casarse con ella, es nuestra opinión de la escuela [shafiita] así como la opinión de Malik, Abu Hanifa, de los sabios de Kufah, de Ahmad y de la mayoría de los sabios. (…) Nuestros compañeros (de la escuela shafiita) dijeron: es preferible que él la observe antes de pedirla en matrimonio, así si ella no le agrada, él la dejará sin causarle ningún sufrimiento [ni daño moral], lo que no es el caso es si lo hace después de haberla pedido en matrimonio”.

Abu Huraira –que Allah este complacido con el- relató: “Estaba junto al Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- cuando un hombre vino y le informó de que se casó con una de las mujeres de los Ansar. El Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- le dijo: “¿La viste?” El respondió no, y él –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- le contestó: “Ves y mírala, porque las Ansar tienen algo en la mirada”. (Muslim) An-Nawawi –que Allah le tenga misericordia- informó las observaciones similares al hadith anterior después dicho: “Nuestros compañeros dijeron: y si no puede verla, que envíe una mujer con la que tenga confianza para que ella le informe al respecto, y eso debe hacerse antes de la pedida de matrimonio, como lo hemos indicado”. En estos dos hadices, An-Nawawi –que Allah le tenga misericordia- informó la divergencia de los sabios acerca de lo que está permitido ver de la mujer en ese momento mostrando la opinión más correcta que se trata de la cara y de las manos.

Sahl Ibn Sa’d relató que una mujer se presentó ante el Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- y dijo: “¡Oh Mensajero de Allah! Vengo a ofrecerme a ti [en matrimonio]”. El Mensajero de Allah –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- elevó los ojos hacia ella, la miró de arriba abajo y luego bajó la cabeza”. Al-Bukhari dio otro título en el capítulo que contiene este hadith: “Mirar a la mujer antes de [casaros con ella]”.

Todo esto demuestra el permiso de mirar a una mujer cuando se le quiere pedir la mano, para ver en ella lo que va a animar a pedirla en matrimonio. Lo mismo sucede con las mujeres que pueden mirar a su pretendiente. Pero solo se puede hacer con dos condiciones:

La primera: La voluntad firme de querer casarse con la mujer, y mirarla solamente [para casarse con ella], y lo mismo es para ella. Así, si el pretendiente sabe que la familia de la mujer rechazará el matrimonio o que ella no le conviene, ambos deben bajar la mirada. Ibn Al-Qattan dijo: “Si el pretendiente sabe que no se casará con ella, o que su tutor no le dará su acuerdo, no le está permitido mirarla. Aunque ya haya ido a pedirla en matrimonio [a su tutor] ya que la mirada solo se autoriza cuando es un medio que conduce a la conclusión del matrimonio. Y si él sabe pertinentemente que no se le permitirá [casar con ella], la mirada permanece en la regla de base [que es la prohibición]”. (An-Nadar Fi Ahkam An-Nadar, pág. 391)

La segunda: En cuanto ve lo que le anima a casarse, debe cesar de mirarla, porque ella es todavía para él una mujer extranjera [hasta la conclusión del acto de matrimonio ‘Aqd Az-Zawaj] y la mirada solo está permitida para que conduzca al matrimonio [a casarse]. Cuando él está firmemente decidido a casarse [con ella], la mirada reanuda su juicio de base [que es la prohibición], hasta que él se case [con ella] y concluya el acto de matrimonio. También sucede lo mismo con ella, si ve de él lo que le gusta [es decir, le agrada el hombre], debe a continuación bajar la mirada. Shaikh Al-Uthaymin –que Allah le tenga misericordia- dijo: “La verdad sobre esta cuestión es que es preferible [y no obligatorio] mirar a la que se va a pedir en matrimonio, excepto si se sabe como es, en ese caso no es necesario…” (Sharh Al-Mumti’ 5/125)

Entonces, numerosos son los que dicen: ¿Pero entonces como hacerlo? Wallahi no sirve de nada ponerse a las salidas de las escuelas, de las mezquitas u otros lugares para acechar a todas las hermanas. Al contrario, es un comportamiento perverso que no hará más que aumentar esta enfermedad que se instaló en el corazón. ¿Allah –alabado y ensalzado sea- no dice: “Quien pone su confianza en Allah, Él le es suficiente”? Preguntad antes de toda cosa al entorno, informaros y a continuación cuando se sabe que hay una hermana con la cual hay fuertes probabilidades de poderse casar y no hay dificultades insuperables, entonces en ese caso, se puede ir a verla y solamente a ella, discretamente. Nada cambió después de la época del Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el-, y la vía a seguir está expuesta en este hadith:

Al-Mughira Ibn Shu’bah relató: “Fui a ver al Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- y le hablé de una chica joven a la que quería pedirle la mano. Él –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- me dijo: “Ves a verla porque eso os unirá a los dos”. Entonces fui a ver a una mujer de los Ansar y le pedí en matrimonio a sus padres relatándoles la declaración del Mensajero de Allah -la paz y las bendiciones de Allah sean con el-, y fue como ellos desaprobaron esta cosa. La chica joven escuchó eso mientras que estaba en una parte aislada y dijo: si el Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- te ordenó mirar, entonces mira, sino te imploro por Allah [de no hacerlo], como si fuese una cosa gravísima, después ella se quitó el velo [de la cara]. La miré y después me casé con ella, luego ninguna mujer alcanzó su rango [en mi corazón] aun haberme casado aproximadamente con sesenta mujeres”. (At-Tirmidi, An-Nasa’i)

Al-Mughira no miró a todas las mujeres de Madina, él sabía que una chica joven vivía en tal lugar y que podía casarse con ella. No pidió a un hermano preguntar a su mujer o a su hermano si podría ponerse en contacto con ella y conocerse antes de ir a pedirle la mano! No organizó un rencuentro en casa de un hermano ni en casa de su mujer para que no hubiese mezcla [entre hombres y mujeres] para discutir y ver si se gustan, etc… La imaginación y las trampas de Satanás son ilimitadas.

La facilidad y la bendición residen únicamente en la obediencia a Allah –alabado y ensalzado sea-, quién sepa que hay una hermana que quiere casarse y puede corresponder a lo que busca, que no hay ningún obstáculo aparente en la aceptación del matrimonio por el tutor o por la hermana, si puede que la mire discretamente para estar seguro de que ella le agrada lo que le hace. Después, que se dirija al tutor de esa hermana [si está vivo y es musulmán, a su padre y ningún otro] para presentarse y hacer su pedida en matrimonio. Shaikh Al-Uthaymin –que Allah le tenga misericordia- dijo: “Si puede verla poniéndose de acuerdo con su tutor diciendo que vendrá y la verá, que lo haga, sino puede expiarla en un lugar donde sabe que ella pasa y mirarla… [pero solo debe hacerlo si sabe que hay muchas posibilidades de que se acepte su pedida de matrimonio]. ¿Cómo él puede casi persuadido? Allah –alabado y ensalzado sea- creó distintos rangos [en la sociedad]: “Somos Nosotros quienes repartimos entre ellos la provisión en la vida presente y quienes hemos elevado en grados los unos sobre los otros, para que unos tomen a los otros en su servicio.” (Az-Zukhruf:32) Si el hombre es pobre y ve a la hija del ministro, lo más probable es que no se acepte su pedida de matrimonio, o si el hombre es viejo y sordo y mira a una bella chica joven, lo más probable es que no acepte su pedida de matrimonio. “ (Sharh Al-Mumti’ 5/126-127)

Segundo gran error: Esta Muqabala se desarrolla la mayor parte del tiempo sin que el tutor de la mujer lo sepa o antes de que él de el visto bueno al matrimonio, lo que es un error como lo hemos visto. La gente tomó enormemente libertad para esta cuestión permitiéndose ver a las mujeres con “el acuerdo” de un hermano de la mujer o de otra persona de su familia. Ello, mientras que la regla y las declaraciones de los sabios al respecto son claras: si el padre de la mujer está vivo y es musulmán, es el primer tutor y no se puede ignorar su acuerdo en todas las etapas de la pedida de matrimonio, excepto si delega voluntariamente eso. Si los miembros de la familia cumplen todas las condiciones, la tutoría se aplica en este orden: el padre, luego el abuelo, luego los hijos de la mujer [si tuviese alguno], luego sus hermanos, luego sus parientes cercanos en función de su grado de proximidad, después si ninguno no es apto para hacerlo es el gobernador quien se encarga.

Se preguntó a Shaikh Fawzan –que Allah le preserve-: ¿Le está permitido a una chica joven casarse sin el acuerdo de su padre?

Respondió: No le está permitido a la mujer casarse sin el acuerdo de su padre, porque es su tutor, y él es más perspicaz que ella en estas cuestiones. Pero tampoco se le permite al padre impedir que su hija se case con un hombre piadoso que le convenga. El Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- dijo: “Si viene a vosotros aquel cuyo comportamiento y religión, os agradan, casadla [con él], sino habrán grandes tentaciones en la tierra y una gran perversión…” (Al-Muntaqa 2/218-219)

No se puede abandonar el acuerdo del padre para todas las etapas de la pedida y no se puede estar de acuerdo en un matrimonio sin que antes él [el wali] lo haya autorizado. Cuántas veces hemos visto gente que se ve sin informárselo al padre de la hermana quien finalmente rechaza a ese pretendiente. El pesar y la frustración que se deriva no deben imputarse a ese padre que se equivocó, sino a la desobediencia a Allah –alabado y ensalzado sea- que solo trae remordimientos y pesares.

Algunos avanzan el falso argumento de falta de piedad o de ignorancia del padre, mientras que esa no es una razón suficiente para retirarle su papel de tutor.

Se preguntó a Shaikh Sa’di: ¿Cuál es el juicio de poner como condición para el contrato de matrimonio que el tutor sea conocido por su piedad y esté libre de defectos aparentes [Al-Adalah]?

Él respondió: Esta condición es rechazada por los textos [el Corán y la Sunna] y por la práctica de los predecesores piadosos [As-Salafus-Salih]”. (Al-Fatawa As-Sa’diyyah, pág. 491-492)

Shaikh Al-Uthaymin –que Allah le tenga misericordia- dijo al respecto en Sharh Al-Mumti’ que si fuese necesario aplicar las normas de Al-Adalah, no se casaría nadie, porque raramente se encuentran a los llegan a ese nivel de piedad hoy en día. Hay casos particulares en los que el tutor pierde su estatuto, aunque se trate del padre, pero se trata de casos muy específicos que piden ser expuestos a un hombre de conocimiento.

Tercer gran error: El caso de las hermanas convertidas [aunque la palabra exacta es revertidas, porque nadie se convierte en algo que no era, sino que regresa, porque todos nacemos con la fitra de ser musulmanes] o de las que no tienen tutor. Desgraciadamente, pueden ser las que llegan a más, debido a la situación particular en la que viven: ningún tutor en un país no musulmán. En un país musulmán la regla está clara: “El gobernador es el tutor para quien no tiene”, y se encarga de casar a las que no encuentran tutor. Shaikh Al-Uthaymin –que Allah le tenga misericordia- explica que se designa por “gobernador” a la más alta autoridad en el país, después los que le representan, y en nuestra época esto se confía en el Ministerio de la Justicia y a los funcionarios públicos encargados de [realizar] los matrimonios. (Sharh Al-Mumti’, 5/149). En un país musulmán eso es muy simple: la mujer que no tiene tutor consulta al juez de la ciudad [para que] se encargue de aplicar la Legislación de Allah –alabado y ensalzado sea- en ese punto, y para que proteja los intereses de la mujer y le conceda sus derechos.

¿Pero cómo se realiza en un país no musulmán? La opinión más expandida en los francófonos es lo que dijo el Shaikh Ubaid Al-Jabiri –que Allah le preserve- quien dijo que la mujer que no tenga ningún tutor debe elegir como tutor a un hombre de confianza que se encargará de casarla de manera legal. Es decir, que si un hombre es piadoso y con buen comportamiento busca casar a la mujer, debe haber en ese hombre confianza para que proceda el matrimonio. Y Shaikh Ubaid no dijo nada más y es inocente de todas las perversidades que se puedan cometer basándose falsamente en sus declaraciones. Él no dijo que la hermana pueda comunicarse [o incluso rencontrarse] libremente con su “tutor” para discutir con él sus intereses y características [del pretendiente], que puedan organizar ellos “muqabala” con los pretendientes y otras cosas, wa Allahu al mustaan.

Dicho esto, hay que saber que la opinión de Shaikh Ubaid no es la única opinión de los hombres de conocimiento [es decir, hay que saber qué dicen los demás sabios y no encerrarse en uno solamente, porque a veces lo que dice uno no es lo más correcto], y un buen numero de ellos [como Shaikh AbdelMalik Ramadani] dicen que hay que dirigirse a las autoridades religiosas de la ciudad donde resida la hermana para que se encarguen del matrimonio. Dado que el “tutor” debe velar para casar a la mujer con las normas [cumplidas] y también para que le conceda sus derechos. Esta cuestión entra bajo otra mucho más extensa que es saber si existe o no en Francia las autoridades religiosas competentes y que sean la referencia inevitable de los musulmanes para esta cuestión. Nuestro objetivo aquí no es exponer esta cuestión puntiaguda, sino al menos hacer tomar consciencia a cada uno que la mayoría de los sahaba no se pronunciaban en las cuestiones de matrimonio ni del divorcio aunque son puntiagudos e importantes. Si es tan difícil, si se entra en un caso particular, llamar por teléfono a un hombre de conocimiento para que él nos aclare sobre nuestro caso bien precisado. Es posible que la hermana sea un tutor legal sin saberlo o que el imam de la mezquita de su ciudad pueda casarla, u otras posibilidades [en su momento desconocidas]. Solamente es necesario exponer la situación con toda la sinceridad y la franqueza posible, y acordarse de que es un caso específico que exige una respuesta especifica.

Cuarto gran error: La exageración durante las Muqabala, en este sentido que se trata de un verdadero rencuentro y discusión entre los dos pretendientes para casarse. Mientras que ningún texto [del Corán y de la Sunna] lo permite, sino todo lo contrario!

Una vez más, se basa falsamente en algo que dijo un sabio y en este caso Shaikh Al-Fawzan –que Allah le preserve- a quien se le preguntó si le está permitido al pretendiente [Khatib] hablar por teléfono con la mujer que pidió en matrimonio.

Él respondió: “No hay nada de malo en que el pretendiente hable con ella por teléfono, si lo hace después de haber recibido el consentimiento del padre para que se case [con su hija, Al-Istijabah] y que se hable para ponerse de acuerdo en varios puntos, en función de la necesidad y que no haya ninguna tentación en eso. Y si se hace siendo intermediario su tutor, esto es mejor y la alejará de toda sospecha [a la chica, guardando su honor]. En cuanto a las conversaciones que tienen lugar entre hombres y mujeres, de los jóvenes hombres y de las jóvenes mujeres, mientras que no haya sido pedida su mano [ante el tutor, Al-Khitba], y es únicamente para conocerse (Ta’aruf) como dicen, eso es un mal, una cosa ilícita y una llamada a la tentación y a caer en la infamia. Allah –alabado y ensalzado sea- dice: “No seáis tan complacientes en vuestras palabras que llegue a anhelaros el enfermo de corazón. Y tened un lenguaje decente”. (33:32) La mujer solo habla con un hombre extranjero cuando hay necesidad, haciendo conversaciones decentes que no implican ninguna tentación ni ninguna sospecha. Y los sabios indicaron que la mujer no debe elevar la voz. Como aparece en el hadith: “Si pasa algo en la oración, que los hombres digan “Subhana Allah” y que las mujeres aplaudan [para avisar de algo sin tener que hacer ruido con la voz y solo haciendo ruido con las manos]”. Lo que muestra que la mujer no debe hacer oír su voz a los hombres excepto en las situaciones donde sea necesario en las cuales debe hablar con pudor y decencia. Y Allah sabe más”. (Al-Muntaqa: 3/163-164)

¿En qué momento eso muestra ser un permiso para practicar esas Muqabala? ¿Para discutir en Internet? ¿Para rencontrarse antes de la pedida de matrimonio? ¿Para hablar mucho y sin razón válida después de esto? Shaikh Fawzan –que Allah le preserve- dice bien que esa discusión no puede tener lugar a no ser que se haya hecho ya la pedida de matrimonio ante el tutor [Al-Khitba] y el acuerdo desde el principio para el matrimonio del tutor [Istijabah]. Únicamente si eso es necesario para clarificar varios puntos, y a pesar de todo es mejor contar con el tutor para que sea intermediario sin dirigirse directamente a la mujer!

Para mostrar hasta qué punto la gente se alejó de la verdad y de los textos [del Corán y de la Sunna], traducimos aquí las declaraciones de Shaikh Al-Uthaymin –que Allah le tenga misericordia- que dijo que después de haber mostrado que el pretendiente puede ver la cara y las manos de la mujer en presencia de su tutor, e incluso un poco más si la espía discretamente [según las condiciones enunciadas anteriormente]: “¿Puede hablarle? La respuesta es no, porque eso provoca todavía más deseo y que pueda extraer un disfrute escuchando su voz, por ello el Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- dijo: “Que mire lo que le animará a casarse”. Y NO DIJO: “Que escuche lo que le animará a casarse”. (Sharh Al-Mumti’ 5/126). Conviene saber que algunos sabios son de la opinión de que no está permitido hablar con la mujer que se pide en matrimonio hasta que el contrato de matrimonio [Aqd Az-Zawaj] esté concluido.

Del mismo modo, es falso justificar ese tipo de conversaciones secretas [y prohibidas puesto que el tutor no conoce el contenido] diciendo que sirven:

Primero: para ver si se es compatible. Argumento engañoso que la razón sana rechaza puesto que la persona no se presentara bajo su mal día o diciendo que él [o ella] es violento/a, perverso/a o mentiroso/a. A veces se puede constatar que a través de esta práctica extendida, los divorcios son más numerosos, wa Allahu al mustaan.

Segundo: para fijar condiciones. Pero las condiciones de matrimonio deben contrariamente ser conocidas por el tutor y los testigos, sino como testimoniar más tarde que una condición no fue cumplida y que se le pide por eso la anulación del matrimonio?


Quisiéramos concluir aquí [pero los errores cometidos son más numerosos que los mencionados] con las declaraciones de Shaikh Al-Albani –que Allah le tenga misericordia- sobre esta cuestión en razón de su gran beneficio y consejo sincero que pueden representar para todos nuestros hermanos y hermanas:

(Escuchar el audio original en árabe)

Shaikh: Sí.
Quién pregunta: As-Salamu alaikum
Shaikh: Wa alaikum as-salam wa rahmatu Allah
Quién pregunta: Discúlpeme, Shaikh Al-Albani está presente?
Shaikh: Está contigo.
Quién pregunta: Si me lo permite, le expondré varias preguntas.
Shaikh: Adelante.
Quién pregunta: ¿Puedo hablar por teléfono con la mujer que pido en matrimonio [Al-Khitba]?
Shaikh: ¿Has concluido el acto de matrimonio [‘Aqd] o todavía no?
Quién pregunta: Todavía no.
Shaikh: Entonces no está permitido.
Quién pregunta: ¿No está permitido?
Shaikh: No está permitido.
Quién pregunta: ¿Aunque sea para aconsejarla?
Shaikh: No está permitido.
Quién pregunta: De acuerdo, pero me está permitido visitarla y reunirme con ella en presencia de un mahram [pero siempre después de Al-Khitba por supuesto, es decir, de la pedida de matrimonio ante el padre o tutor legal]?
Shaikh: Sí, en presencia de un mahram, si se presenta delante de ti vestida con un jilbab [vestimenta larga que se lleva en la calle] y con un velo como cuando salea la calle, sino no.
Quién pregunta: ¿Ella puede mostrar su cara?
Shaikh: Sí, si es solamente la cara.
Quién pregunta: ¿Solamente la cara?
Shaikh: Sí, y ella no debe llevar ropa apretada ni corta, ni otras cosas de ese género.
Quién pregunta: De acuerdo, y acerca de nuestra reunión, cuales son las conversaciones que nos son permitidas tener?
Shaikh: Solo puedes hablarle en la manera que le hablas a las demás mujeres [extranjeras, que no son tus mujeres ni tus maharim].
Quién pregunta: De acuerdo, y si me pide una foto, puedo darle una o no?
Shaikh: ¿Y si tu le pides una foto?
Quién pregunta: ¿Si?
Shaikh: Si le pides una foto.
Quién pregunta: ¿Y bien?
Shaikh: ¿Eso está permitido?
Quién pregunta: No.
Shaikh: Por lo que mi respuesta es no.
Quién pregunta: ¿Su respuesta es no?
Shaikh: Efectivamente, mi respuesta es no.
Quién pregunta: ¿Y por qué?
Shaikh: ¿Por qué razón? Por la misma razón que te lleva a decir que no tienes el derecho de pedirle una foto.
Quién pregunta: De acuerdo.
Shaikh: ¿Lo entendiste?
Quién pregunta: Sí, lo entendí.
Shaikh: Si lo entendiste, entonces practícalo.
Quién pregunta: Muy bien. Shaikh, a veces podemos ser obligados a hablar por teléfono, está permitido?
Shaikh: No pienso que haya necesidad de eso.
Quién pregunta: Por ejemplo, yo le llamo para decirle que le iré a visitar a tal hora, está permitido?
Shaikh: ¿Por qué quieres visitarla? ¿Cuál es la diferencia entre ella y otra mujer [extranjera]?
Quién pregunta: ¿Es decir, que no está permitido visitarla?
Shaikh: ¡Oh mi hermano! ¿Cuál es la diferencia entre ella y otra mujer [extranjera]? Si la pides en matrimonio, pídela en matrimonio a su tutor.
Quién pregunta: Pero su tutor estará presente.
Shaikh: Si la pides en matrimonio, pídela en matrimonio a su tutor. Y a continuación si tienes su acuerdo para casarte y para visitarla en presencia de su tutor para que la veas y ella te vea, [eso está permitido]. Pero que simplemente la visites, entonces no.
Quién pregunta: ¿Es decir, que aun después de la pedida de matrimonio [Al-Khitba], no me está permitido visitarla?
Shaikh: ¿Después de la pedida de matrimonio?
Quién pregunta: Sí.
Shaikh: Oh mi hermano, ella sigue siendo una extranjera para ti mientras no hayas concluido el contrato de matrimonio [‘Aqd Az-Zawaj].
Quién pregunta: Gracias. Que Allah le recompense con el bien, Oh Shaikh!
Shaikh: Y a ti también.
Quién pregunta: Que Allah le ennoblezca.
Shaikh: Que Allah te proteja…Salamun alaika.
Quién pregunta: As-Salamu alaikum
Shaikh: Wa alaikum as-salam wa rahmatu Allah

En resumen, los términos Muqabala y Ta’aruf designan ser actos ilícitos, son errores a raíz de un acto legislado Al-Khitba: la pedida de matrimonio ante el tutor legal. Los sabios hablan de Al-Khitba diciendo que consiste en pedir la mano delante de su tutor legal a una mujer con respecto a la cual no se piensa que rechazará el matrimonio y cuyos se piensa que nuestra proposición será aceptada. Se puede por lo tanto intentar verla discretamente, o si no es posible, enviar a una mujer de confianza. Si se decide plenamente [a casarse], se dirige hacia su tutor legal para pedirle la mano, lo que se nombra Al-Khitba. Si el tutor da su acuerdo [Al-Istijabah], se puede pedir ver a la hermana para poder ver la cara descubierta y ella pueda ver a su pretendiente. Durante el periodo entre Al-Istijabah y la conclusión del contrato de matrimonio [‘Aqd Az-Zawaj], los dos pretendientes para casarse siguen siendo extranjeros uno del otro [no son halal el uno para el otro todavía hasta concluir el acto de matrimonio]. Algunos sabios son de la opinión de que durante este periodo, está permitido que hablen en presencia de un mahram [púbero, dotado de razón, y que no sea un depravado permitiendo a la mujer caer en lo ilícito], si es necesario, para aclarar algunos puntos o para fijar algunas condiciones. Y solo a partir de la conclusión del acto de matrimonio cuando son marido y mujer y tienen total libertad para poderse ver y hablar.

Este es el consejo sincero que podemos dirigir a nuestros hermanos y hermanas, y Allah sabe más [wa Allahu a’lam].

Traducido por Ummu Darda Al Andalusiya
Artículo extraído de: http://www.salafs.com/modules/news/article.php?storyid=10161
http://muminati.blogspot.com

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