¡Oh creyentes! No os pongáis a vosotros mismos antes que Allah y Su Mensajero, y temed a Allah. Ciertamente Allah es el que todo lo oye, el que todo lo sabe. (Al-Hujurat 49:1)
jueves, 5 de agosto de 2010
Reglas de etiqueta y Sunnas del Ayuno
Bismillahi Rahmani Rahim
Algunos aspectos del ayuno son obligatorios (fard) y otros son recomendados (mustahab). Debemos asegurarnos de comer y beber algo en el suhur (refrigerio de la madrugada), y de demorarlo hasta justo antes del llamado a la oración del alba (adhán al-Fayr).
El Profeta (saaws) dijo: Coman el refrigerio de la madrugada, pues en él hay bendición (barakah)”. (Registrado por al-Bujari, Fat’h, 4/139.)
“El refrigerio es alimento bendito, e implica distinguirse del pueblo del Libro (cristianos y judíos). Un buen refrigerio para el creyente son los dátiles”. (Registrado por Abu Dawud, n° 2345; Sahih al-Targhib, 1/448.)
No se debe demorar la ruptura del ayuno (iftar), porque el Profeta (saaws) dijo: “El pueblo recibe la bondad siempre y cuando no demoren su iftar”. (Registrado por al-Bujari, Fat’h, 4/198.)
La persona debe romper su ayuno en la manera descrita en el siguiente hadiz narrado por Ánas:
“El Profeta (saaws) solía romper su ayuno con dátiles frescos antes de orar; si no había dátiles frescos, comía dátiles secos; si no había dátiles secos, bebía unos sorbos de agua”. (Registrado por al-Tírmidhi, 3/79 y otros. Se trata según él de un hadiz hásan. Clasificado como sahih en al-Irwaa’, n° 922.)
Después de la ruptura del ayuno, es una tradición del Profeta (saaws) recitar las palabras registradas en el hadiz narrado por Ibn ‘Umr (que Allah esté complacido con ambos), según el cual el Profeta (saaws) decía, al romper su ayuno, lo siguiente:
“Dhahaba adh-dhama’, wabtallat il-‘uruq, wa zabat alayru in shaa Allah (La sed se ha ido, las venas fluyen nuevamente, y se confirma la recompensa, in sha Allah)”. (Registrado por Abu Dawud, 2/765; su isnaad fue clasificado como hásan por al-Daaraqutni, 2/185.)
Alejarse del pecado, porque el Profeta (saaws) dijo: “Cuando alguno de ustedes ayuna, no debe cometer ningún pecado...” (Registrado por al-Bujari, al-Fat’h, n° 1904.)
El Profeta (saaws) dijo: “Todo aquel que no deje de hablar falsedades ni de actuar en consecuencia, Allah no necesita que deje de comer y beber”. (Al-Bujari, al-Fat’h, n° 1903)
La persona que ayuna debe evitar todo tipo de acciones prohibidas, tales como calumnias, obscenidades y mentiras, de lo contrario, su recompensa puede perderse.
El Profeta (saaws) dijo: “Puede que una persona que ayuna no obtenga nada de su ayuno excepto hambre”. (Registrado por Ibn Maayah, 1/539; Sahih al-Targhib, 1/453.)
Una de las cosas que pueden destruir las bendiciones de una persona y provocar malas acciones (sayi’aat) es dejarse distraer por programas de entretenimiento, telenovelas, películas y juegos deportivos televisados, reuniones vanas, perder el tiempo en la calle con malas compañías y que ellas mismas pierden el tiempo, andar por allí sin propósito alguno, ocupando lugar en las calles y veredas. El mes de la adoración por excelencia para muchas personas se convierte en el mes en el que duermen de día – para evitar tener hambre – y pasan las noches con entretenimientos o satisfaciendo sus deseos. Esto provoca que dejen pasar sus plegarias y la oportunidad de realizarlas en congregación. Algunas personas incluso reciben este mes con sentimientos de molestia, pensando solo en los placeres que se pierden. En Ramadán, hay gente que incluso viaja a tierras no islámicas de vacaciones. Ni siquiera las mezquitas se salvan de estos males, pues las mujeres acuden allí usando maquillaje y perfume. Aún la Casa Sagrada deAllah (Ka’bah) no se salva de estos males. Hay gente que hace de este mes un tiempo de mendicidad, aún cuando no lo necesitan. Otros se divierten con peligrosos fuegos artificiales o cosas por el estilo, y algunos pierden el tiempo en los mercados, vagando por las tiendas, o comprando ropa nueva para seguir las modas. Los comerciantes introducen nuevos productos y diseños en sus tiendas durante los diez últimos días del mes, alejando a la gente de las recompensas y las hasanat.
La persona no debe dejarse provocar, pues el Profeta (saaws) dijo: “Si alguien lo insulta o provoca, debe decir: ‘Estoy ayunando, estoy ayunando’”. (Registrado por al-Bujari y otros. Al-Fat’h, n° 1894.)
Una razón para esto es recordarse que está ayunando, y la otra es recordárselo al provocador. Pero quienes observen la conducta de quienes ayunan verán algo muy diferente.
Es esencial poner en práctica el autocontrol y ser calmos, pero vemos lo opuesto en esos conductores que van por la calle a toda velocidad cuando oyen el llamado a la oración
del ocaso (adhán al-Maghrib).
La persona no debe comer en exceso, porque el Profeta (saaws) dijo: “El hijo de Adán no llena peor vasija que su estómago”. (Registrado por al-Tírmidhi, n° 2380; según él, se trata de un hadiz
hásan sahih.)
La persona sabia no vive para comer, sino que come para vivir. El mejor tipo de comida es la que está para utilizarse, no para servirse. La gente prepara todo tipo de alimentos (durante Ramadán) y toman la preparación de la comida como una forma virtual de arte, por lo que las amas de casa y las sirvientas pasan todo su tiempo cocinando. Esto las aleja de la adoración, y la gente termina pasando más tiempo que de costumbre preparando comida durante Ramadán. Así, el mes se convierte en el mes de la indigestión, la obesidad, y las dolencias gástricas en aquellas personas que comen como glotones y beben como camellos sedientos. Cuando se paran para orar el Tarawih (la oración nocturna de Ramadán), lo hacen molestos.
La persona debe aumentar su generosidad compartiendo el conocimiento, dando en caridad, utilizando su posición de autoridad o fuerza física para ayudar a otros, y teniendo una buena actitud. Al-Bujari y Muslim reportaron que Ibn ‘Abbaas dijo: “El Mensajero de Allah fue la más generosa de las personas, y era el más generoso de todos en Ramadán cuando el ángel Gabriel se encontraba con él; solía encontrarse con él todas las noches en Ramadán y enseñarle el Corán. El Mensajero de Allah era más generoso a la hora de hacer el bien que la brisa”. (Registrado por al-Bujari, al-Fat’h, n° 6.)
¿Cómo puede la gente preferir la avaricia ante la generosidad y la holgazanería ante la acción al punto de no querer hacer su trabajo o tratar al otro apropiadamente, y utilizan el ayuno como excusa para esto?
Combinar el ayuno con dar de comer a los pobres es un medio de lograr el Paraíso, pues el Profeta (saaws) dijo: “En el Paraíso hay cuartos cuyo exterior puede verse desde el interior y el interior puede verse desde el exterior. Allah los ha preparado para quienes dan de comer a los pobres, los que son gentiles en sus palabras, los que ayunan regularmente y los que oran por la noche cuando la gente duerme”. (Registrado por Áhmad 5/343; Ibn Yuzaymah, n° 2137. Al-Albaani dijo en su nota al pie que su isnaad es hásan debido a otros reportes que lo corroboran.)
Dijo el Profeta (saaws): “Quien le dé a la persona que ayuna comida para que rompa su ayuno, tendrá una recompensa igual (a la de la persona que ayuna), sin que vaya en detrimento en lo más mínimo de la recompensa del que ayuna”. (Registrado por al-Tírmidhi, 3/171; Sahih al-Targhib, 1/451.)
El Sheij al-Islam [Ibn Taimiyah] (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Lo que quiere decir es que debe darle de comer hasta que esté satisfecho”. (Al-Iytiyaaraat al-Fiqhiyyah, p.109.)
Algunos de los Sálaf (nuestros piadosos predecesores, especialmente aquellos de las
tres primeras generaciones, que Allah tenga misericordia con ellos) preferían a los pobres por sobre sí mismos a la hora de romper su ayuno al momento del iftar. Algunos de ellos eran ‘Abd-Allah ibn ‘Umar, Malik ibn Dinar, Áhmad ibn Hánbal y otros. ‘Abd-Allah ibn ‘Umar no rompía su ayuno a menos que hubiera huérfanos y pobres con él.
Fuente: Setenta asuntos relacionados con el ayuno, Sheij Muhammad Salih Al-Munajjid
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario